devoro silencios infinitos
y destruyo la última coraza
tras la que ocultas tu verde ambilescencia
no es tu olor
ni tu mirada
no anhelo tus labios ni tu risa
no te quiero
convocaré a los astros y
comenzaré mi venganza de sangre
enviaré mariposas que rasgarán tu
piel
y abrasarán tu carne
lacerando
tu abyecta indiferencia.
tronaré los abismos
ácromos
en la noche sin luna
arrasaré ciudades
profanaré cementerios
mancillaré la tierra adormecida
provocaré aludes y derramaré úlceras para aquellos marcados en la frente
Mete la hoz y siega
vendimia, en nombre del cordero, pues el día glorioso está próximo.
Arderán paraísos decapitados
vientos escarlatas azotan mi rostro
reza
reza porque no encuentre el secreto
antes del amanecer
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