no hay desazón ni en la sombra ni en la gravedad
aspiro a convertirme en más
¿en más qué?
En aire que acaricie tu rostro de alabastro
en arena fina que se desvanezca en el suspiro de la tarde gris
en sérum y en oleadas de jaspe
de rubí frío petrificación instante
alboradas
después de la primavera
ya no hay nada
ningún lugar a donde escapar
Quiero hüir contigo a tus reinos de cristal
a tus sueños efímeros y a tus jardines blancos
Portador, llevo mucho tiempo aguardándote.
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