"Éntrase el mar por un arroyo breve
que a recibillo con sediento paso
de su roca natal se precipita,
y mucha sal no sólo en poco vaso,
mas su rüina bebe,
y su fin (cristalina mariposa,
no alada, sino undosa)
en el farol de Tetis solicita.
Muros desmantelando pues de arena,
Centauro ya espumoso el Ocëano,
medio mar, medio ría,
dos veces huella la campaña al día,
escalar pretendiendo el monte en vano,
de quien es dulce vena
el tarde ya torrente
arrepentido, y aun retrocediente.
Eral lozano así, novillo tierno,
de bien nacido cuerno
mal lunada la frente,
retrógrado cedió en desigual lucha
a duro toro, aun contra el viento armado;
no pues de otra manera
a la violencia mucha
del Padre de las aguas, coronado
de blancas ovas y de espuma verde,
resiste obedeciendo, y tierra pierde.
[...]"
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