Min est avala
Entre la noche guardas tus entornos
y escondes de la brisa el manto rojo
que fluye y pulsa
y no adoro tu efigie
ni anego mi espíritu con tu color serena
no ansío la promesa que pende de tus pupilas
ni adolezco lentamente en agonía
La bruma cubre el ocio del que piensa
y en pensar dilapida el legado que Cronos celoso le ministra
ni habéis de ejecutar un mero epitafio soslayado
Cumbres
Cumbres Soberbias
Cumbres procelosas en mi monotonía
Alzaos profanando con vuestros pilares el estigma marchito de los que fueron olvidados o dejados atrás
Atravesad sus costados con vuestras picas inefables de júbilo y letargo
Asaetad los cardios del ego y la tormenta
entre las varandas que se agitan y mueren.
Verdad era hasta hoy, más no se pide
si no que sino se antoja violento en su mortaja
mortaja de teja que aqueja
al incorruptible en su osario de susurros.
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