miércoles, 16 de marzo de 2011

Entre la amabilidad velada, o el problema de tu abrazo

He de romper el mundo, así es como lo siento, como si nada de esto fuese real, y me gustaría que estuvieras aquí, a mi lado, y que pudieras verlo como yo lo veo. Te echo tanto de menos. Llevo tanto tiempo echándote de menos. Sé que llegará el día en que decidirás venir, estoy seguro, creo. Pero me gustaría que estuvieses aquí ahora y que pudieses ver lo que yo veo. Este mundo, inefable.

Los días se suceden, querido...., y lo que veo me conmueve y me estremece, siento el viento arrancarme los recuerdos, a veces delicadamente, a veces con violencia. Ahora sé que estás en alguna parte. Espero que lo estés pasando bien. Nadie había esperado que esto fuese así, pero, ya sabes. No sé si he tenido suficiente. Me gustaría poderte contar tantas cosas, sé que tú las entenderías, y que después acariciarías mi mejilla y me mirarías a los ojos. Entonces me besarías, muy suavemente, como sin querer romper el silencio mágico de tu mirada. El mundo se pararía en ese instante y todo habría merecido la pena. Todo lo que he visto.

Ahora estoy acumulando ciertos conocimientos, y aprovecho algún tiempo para hacer nuevos amigos. Leo nuevos libros, ¿crees que todo eso servirá de algo? Cuando llegue el último día, volveré la vista atrás y diré... te estuve esperando,  y fue divertido.

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